Gender and HIV & AIDS: Overview Report
Publisher: Institute of Development Studies UK
Publication Date: Jan 2010
Many approaches to combat the spread and impact of HIV/AIDS have failed to take gender differences and inequalities into account. Some have reaffirmed ideas of female passivity and male dominance in decisions on sex and reproduction. Others have responded to the different needs and constraints of women and men, but failed to challenge the gender status quo. This Overview Report analyses why and how HIV/AIDS is now disproportionately affecting women, as individuals and in their roles as mothers and carers. It explores new gender-sensitive approaches to fighting HIV/AIDS and suggests that in order to be effective, it is necessary to deal with the inequalities that both drive and are entrenched by the epidemic.
Recommendations from the Overview Report
Use a gendered human rights framework:
Various conventions and declarations provide useful frameworks for action which strongly emphasise sexual and reproductive rights along with broader social, economic and political rights. For instance, specific recommendations in the Barcelona Bill of Rights (see Supporting Resource Collection for a complete list of recommendations) include but are not limited to the right to:
Recommendations from the Overview Report
Use a gendered human rights framework:
Various conventions and declarations provide useful frameworks for action which strongly emphasise sexual and reproductive rights along with broader social, economic and political rights. For instance, specific recommendations in the Barcelona Bill of Rights (see Supporting Resource Collection for a complete list of recommendations) include but are not limited to the right to:
- Sexual and reproductive health services, including access to safe abortion without coercion.
- Access user-friendly and affordable prevention technologies, such as female condoms and microbicides, with skills-building training on negotiation and use.
- Choose to disclose their status in circumstances of safety and security without the threat of violence, discrimination or stigma.
- The people most affected by any development issue must be an integral part of the process of defining the problem and finding solutions. Development initiatives should therefore start with their priorities.
- Involve women and men living with HIV and those most vulnerable at all levels of policy, planning and programmes. This will probably involve building their capacity, including skills training, to do so (see the Supporting Resources Collection for a list of 12 statements from ICW on improving the situation of women living with HIV and AIDS throughout the world).
- Acknowledge and do not stigmatise the sexuality of young people, women, men who have sex with men, lesbian, bisexual and trans-gendered people, older people, and people with disabilities.
- Recognise that although the empowerment of women is an important goal of HIV/AIDS interventions, the transformation of gender relations is needed before empowerment is fully realised.
- Involve men in HIV/AIDS interventions that challenge the gender status quo because their involvement is crucial in transforming gender relations and because gender roles and expectations also put them at risk.
- Ensure that interventions with men do not compromise women’s rights, reaffirm stereotypes, or replace working with women.
- Recognise that all sectors and development programmes need to take gender and HIV/AIDS into account and that there is no sector to which it is irrelevant
- Although programmes may not have the resources to be multi-pronged, programmes need to support a co-ordinated response that is both empowering and transformatory.
Numerosos enfoques para combatir la propagación e impacto del VIH y el sida no han tenido en cuenta las diferencias y desigualdades de género. Algunos han reafirmado nociones acerca de la pasividad femenina y la dominación masculina en las decisiones sobre las relaciones sexuales y la reproducción. Otros han respondido a las distintas necesidades y restricciones de las mujeres y los hombres, pero sin desafiar el statu quo de género. Este Informe general analiza por qué y cómo están hoy día el VIH y el sida afectando desproporcionadamente a las mujeres a nivel individual y en sus roles de madres y proveedoras de cuidados. Examina nuevos enfoques sensibles al género para combatir la pandemia del VIH y plantea que, a fin de que éstos sean eficaces, es necesario afrontar las desigualdades que impulsan la pandemia y son reforzadas por ésta.
Recomendaciones del Informe general
Utilizar un marco de derechos humanos con enfoque de género: Varias convenciones y declaraciones brindan marcos útiles para la acción que enfatizan firmemente los derechos sexuales y reproductivos junto a derechos sociales, económicos y políticos más amplios. Por ejemplo, las recomendaciones específicas de la Carta de Derechos de Barcelona incluyen, pero no exclusivamente, los derechos de las mujeres a:
Recomendaciones del Informe general
Utilizar un marco de derechos humanos con enfoque de género: Varias convenciones y declaraciones brindan marcos útiles para la acción que enfatizan firmemente los derechos sexuales y reproductivos junto a derechos sociales, económicos y políticos más amplios. Por ejemplo, las recomendaciones específicas de la Carta de Derechos de Barcelona incluyen, pero no exclusivamente, los derechos de las mujeres a:
- Recibir servicios de salud sexual y reproductiva, incluido el acceso al aborto seguro sin coerción.
- Tener acceso a tecnologías de prevención que sean amigables a las usuarias y asequibles, tales como condones femeninos y microbicidas, con capacitación en desarrollo de habilidades para su negociación y uso.
- Optar por revelar su estado de VIH en circunstancias de seguridad, sin amenaza de violencia, discriminación o estigma.
- Involucrar a las personas más afectadas por cualquier asunto del desarrollo como parte integral del proceso de definir el problema y encontrar soluciones. Las iniciativas de desarrollo deben, por tanto, partir de las prioridades de esta población.
- Propiciar la participación de mujeres y hombres con VIH y de las personas más vulnerables en todos los niveles de políticas, planificación y programas. Esto probablemente implicará desarrollar sus capacidades, incluida la capacitación en habilidades para que puedan hacerlo (ver en la Colección de recursos de apoyo una lista de 12 declaraciones de la Comunidad Internacional de Mujeres viviendo con VIH/Sida -ICW- acerca de cómo mejorar la situación de las mujeres que viven con VIH y sida en todo el mundo.)
- Reconocer y no estigmatizar la sexualidad de la gente joven, de mujeres, hombres que tienen sexo con hombres, lesbianas, bisexuales y personas transgénero, personas ancianas y personas con discapacidad.
- Reconocer que si bien el empoderamiento de las mujeres es una meta importante de las intervenciones en VIH y sida, se requiere transformar las relaciones de género antes de que el empoderamiento sea plenamente realizado.
- Involucrar a los hombres en intervenciones en VIH y sida que desafíen el statu quo de género, ya que su participación es crucial para transformar las relaciones de género y porque los roles y expectativas de género los ponen en riesgo también a ellos.
- Asegurar que las intervenciones con hombres no comprometan los derechos de las mujeres, ni reafirmen estereotipos o reemplacen el trabajo con ellas.
- Reconocer que todos los sectores y programas de desarrollo deben tomar en cuenta el género y el VIH y sida, como también que no hay un solo sector para el que la pandemia sea irrelevante.
- Aunque los programas no cuenten con los recursos necesarios para implementarla a múltiples niveles, deben apoyar una respuesta coordinada que empodere y sea transformadora.
De nombreuses approches visant à limiter l’expansion et les conséquences du VIH/Sida ne prennent pas en compte les différences et les inégalités de genre. Certaines ont réaffirmé l’existence d’une passivité féminine et d’une domination masculine dans les décisions en matière de sexe et de reproduction. D'autres ont tenté de répondre aux besoins et contraintes spécifiques des hommes et des femmes, sans remettre en cause le status quo. Ce Panorama analyse pourquoi et comment les femmes, en tant qu’individus et dans leurs rôles sociaux de mères et de pourvoyeuses de soins, accusent aujourd’hui un taux d'infection par le virus VIH/Sida nettement supérieur et disproportionné par rapport à celui des hommes. Il explore de nouvelles approches de lutte contre le VIH/Sida sensibles au genre et suggère que, pour être efficaces, il faut avoir la capacité de répondre aux inégalités qui, à la fois, portent la pandémie et se renforcent à son contact.
Recommandations issues du Panorama
Utiliser un cadre "genré" de droits humains : diverses conventions et déclarations offrent des cadres utiles pour l'action, en mettant fortement l'accent sur les droits sexuels et reproductifs avec les droits sociaux, économiques et politiques. A titre d’exemple, les recommandations spécifiques de la Déclaration des droits de Barcelone (voir la Boîte à outils pour une liste complète des recommandations) incluent, entre autres, les droits suivants :
- L'accès aux services de santé sexuelle et reproductive, et le droit d'avorter sans risque ni coercition.
- L'accès à des technologies de prévention à des coûts abordables et faciles d'utilisation, comme les préservatifs féminins et les microbiocides, associées à des formations de renforcement des capacités de négociation et d’utilisation.
- Le droit de dévoiler son statut sérologique en toute sécurité, sans risquer de subir diverses formes de violence, de discrimination ou de stigmatisation.
Les politiques et programmes relatifs au VIH/Sida doivent être basés sur les situations réelles, diverses et complexes, des femmes, des hommes et des enfants :
- Les personnes les plus touchées par toute question de développement doivent être impliquées d'un bout à l'autre au processus de définition du problème et d'identification des solutions. Les initiatives de développement doivent ainsi partir de leurs priorités.
- Impliquer les femmes et les hommes vivant avec le VIH et les populations les plus vulnérables à tous les niveaux des politiques, de la planification et des programmes.
- Reconnaître sans stigmatisation la sexualité des jeunes, des femmes, des hommes qui ont des rapports sexuels avec des hommes, des lesbiennes, des bisexuels et des transgenres, des personnes âgées ou handicapées.
Changer ou transformer le rapport de forces inégal entre hommes et femmes afin de créer une situation d’égalité de pouvoir et de moindre vulnérabilité pour les femmes et les hommes :
- Reconnaître que si l'autonomisation des femmes est un objectif important des interventions sur le thème du VIH/Sida, il ne peut y avoir de réelle autonomisation sans une transformation des relations de genre.
- Impliquer, dans des interventions sur le VIH/Sida, les hommes qui cherchent à bousculer le status quo car on ne peut transformer les relations de genre sans leur participation, et parce que les rôles et les attentes pour les hommes les mettent aussi en danger.
- S'assurer que les interventions auprès d'hommes ne compromettent pas les droits des femmes, ne confirment pas les stéréotypes ou ne se substituent pas à un travail avec des femmes.
Élaborer une réponse coordonnée au VIH/Sida qui soit à multiples facettes, multisectorielle et institutionnalisée à différents niveaux:
- Reconnaître que tous les secteurs et programmes de développement doivent prendre en compte le genre et le VIH/Sida, et qu’elles concernent tous les secteurs.
- Même si les programmes n'ont pas toujours les moyens d'agir sur plusieurs fronts, ils doivent soutenir une réponse coordonnée à la fois de renforcement du pouvoir et de transformation.
Recommandations issues du Panorama
Utiliser un cadre "genré" de droits humains : diverses conventions et déclarations offrent des cadres utiles pour l'action, en mettant fortement l'accent sur les droits sexuels et reproductifs avec les droits sociaux, économiques et politiques. A titre d’exemple, les recommandations spécifiques de la Déclaration des droits de Barcelone (voir la Boîte à outils pour une liste complète des recommandations) incluent, entre autres, les droits suivants :
- L'accès aux services de santé sexuelle et reproductive, et le droit d'avorter sans risque ni coercition.
- L'accès à des technologies de prévention à des coûts abordables et faciles d'utilisation, comme les préservatifs féminins et les microbiocides, associées à des formations de renforcement des capacités de négociation et d’utilisation.
- Le droit de dévoiler son statut sérologique en toute sécurité, sans risquer de subir diverses formes de violence, de discrimination ou de stigmatisation.
Les politiques et programmes relatifs au VIH/Sida doivent être basés sur les situations réelles, diverses et complexes, des femmes, des hommes et des enfants :
- Les personnes les plus touchées par toute question de développement doivent être impliquées d'un bout à l'autre au processus de définition du problème et d'identification des solutions. Les initiatives de développement doivent ainsi partir de leurs priorités.
- Impliquer les femmes et les hommes vivant avec le VIH et les populations les plus vulnérables à tous les niveaux des politiques, de la planification et des programmes.
- Reconnaître sans stigmatisation la sexualité des jeunes, des femmes, des hommes qui ont des rapports sexuels avec des hommes, des lesbiennes, des bisexuels et des transgenres, des personnes âgées ou handicapées.
Changer ou transformer le rapport de forces inégal entre hommes et femmes afin de créer une situation d’égalité de pouvoir et de moindre vulnérabilité pour les femmes et les hommes :
- Reconnaître que si l'autonomisation des femmes est un objectif important des interventions sur le thème du VIH/Sida, il ne peut y avoir de réelle autonomisation sans une transformation des relations de genre.
- Impliquer, dans des interventions sur le VIH/Sida, les hommes qui cherchent à bousculer le status quo car on ne peut transformer les relations de genre sans leur participation, et parce que les rôles et les attentes pour les hommes les mettent aussi en danger.
- S'assurer que les interventions auprès d'hommes ne compromettent pas les droits des femmes, ne confirment pas les stéréotypes ou ne se substituent pas à un travail avec des femmes.
Élaborer une réponse coordonnée au VIH/Sida qui soit à multiples facettes, multisectorielle et institutionnalisée à différents niveaux:
- Reconnaître que tous les secteurs et programmes de développement doivent prendre en compte le genre et le VIH/Sida, et qu’elles concernent tous les secteurs.
- Même si les programmes n'ont pas toujours les moyens d'agir sur plusieurs fronts, ils doivent soutenir une réponse coordonnée à la fois de renforcement du pouvoir et de transformation.